viernes, 30 de octubre de 2009

¿Quiénes somos?

¿Quiénes somos?

La Corriente Nacional Martín Fierro nació en la ciudad de Mar del Plata como expresión local del movimiento nacional y popular en gestación a partir del proceso de cambios iniciados el 25 de mayo de 2003 el entonces Presidente de la Nación, el compañero Néstor Kirchner, eslabón fundamental de esta nueva etapa de transformaciones que vive Latinoamérica.

Somos hombres y mujeres que desde distintas experiencias confluimos para ayudar a fortalecer este proceso que tiene como objetivo consolidar las conquistas alcanzadas por el pueblo y luchar sin descanso por la patria justa, libre y soberana que soñaron San Martín, Perón, Evita y el Che Guevara.

¿Qué queremos?

La herencia devastadora de 30 años de neoliberalismo, de capitalismo salvaje y exclusión social, de remate del patrimonio nacional y “relaciones carnales” con el imperio y los organismos financieros internacionales, nos dejó un país quebrado económicamente, destruido en sus lazos solidarios, fracturado socialmente, corrompida su institucionalidad y resignado anímica y moralmente.

Pero la resistencia de este pueblo creció sin pausas hasta lograr el 20 de diciembre de 2001 dar vuelta la taba: los argentinos dijimos basta al neoliberalismo y exigimos un cambio de rumbo.
Una Argentina independiente, democrática, con justicia social, respetuosa de los derechos humanos, e integrada profundamente a la gran familia latinoamericana es nuestra meta.
Y fue el presidente Kirchner quien tomó nota de este reclamo y lo plasmó en su obra de gobierno.

Removió la Corte Suprema menemista, haciendo del máximo tribunal un instrumento de lucha contra la impunidad y por una justicia independiente.

Promovió la renovación de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, atacando la corrupción, los abusos de poder y castigando a los culpables y cómplices del terrorismo de Estado, exigiendo su completa subordinación a la constitución y las necesidades de la defensa nacional y la integración.

Desarrolló una política de des-endeudamiento que además de reducir el peso de nuestra deuda externa, permitió desvincularnos del las permanentes presiones del FMI y sus políticas de ajuste.

Redujo en apenas 3 años de gestión, la pobreza y la indigencia a menos de la mitad con programas sociales y la creación de millones de puestos de trabajo genuinos, demostrando que es posible una Argentina justa, si hay decisión política y coraje para redistribuir la riqueza que unos pocos vivos habían concentrado.

Retomó la idea de un Estado presente, promotor de políticas públicas de trabajo y producción, recuperando a manos del pueblo parte de las riquezas enajenadas en los 90.

Promovió la recuperación de derechos de los trabajadores y los jubilados, dando vuelta la historia de profundización de la superexplotación y la flexibilización laboral.

Señaló con nombre y apellido a los responsables del drama nacional y los derrotó en las urnas, y día a día desenmascara ante los ojos del pueblo a los enemigos que desde adentro y desde afuera ponen trabas al proyecto nacional.

Asimismo dio pasos claves junto a los gobiernos progresistas de la región, para hacer realidad el sueño de una Patria Grande unida, justa e independiente, diciéndole en la cara al gobierno de los Estados Unidos en la Cumbre de Mar del Plata, que no aceptaremos su proyecto colonial en ningún rincón de Latinoamérica.

No han sido promesas, sino obras de gobierno las que lograron que el pueblo argentino recupere la confianza en poder decidir por sí mismo su propio destino.

Salimos del infierno, salimos de lo peor de la crisis, y por eso mismo va llegando la hora de aportar nuestras verdades relativas acerca de cuales son los caminos para construir esa Argentina que soñamos.

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